La muerte

Imagen: In Tandem by "Hibbary" Hillary Luetkemeyer.

Ábranse puertas del infierno residencia de todos, conocida la muerte y su sombra de agonía, ya se vislumbra en el azul de la medianoche la energía y figura de ignominia.

Suave y voraz como los sueños de Dante, busca inocentes en las telarañas de la vida, descansa hipócrita en las criptas del rey, cubriendo de oro y alegoría los gusanos que devoran el cadáver de fantasía, acércate y saborea esta alma que ya no es tuya, si no de la noche eterna y la luna perversa que figura como calavera amarilla esta prometida a los numeres del placer.

Oprobio de la vida, no muero de ti muero de amor en las lápidas de un verso, mas a ti con quien converso entrego el tibio aliento que en este último y cruel tiempo me arrebata para entregarlo a tus manos carcomidas y desnudas, como si no tuvieras vergüenza de desayunar histerias de tragedia, así como Romeo y Julieta llevate mi última silueta.

No prolongues más la eternidad que es aburrida especialmente al final.

Cubre suave y con plomo todo aquello que adoro, pues sin conciencia las cosas que me llevan al éxtasis dejan su existencia en las aras del sueño, y recuerda muerte caprichosa, que la vida sin vos no es deliciosa, que la palabra es una vila del silencio y tu beso, demoníacas alas de un confeso.

Pecado y virtud son los materiales de la vida, pero la imaginación y el olvido son la materia de tu corazón tibio como el verso que deja tu ausencia, y que muere en la presencia de mi pluma,

Larga vida a la muerte; frontera de la suerte.

"Abandonad la esperanza al entrar aquí"
(Dante Alighieri)